Si bien el inicio de de la pandemia de COVID-19 se registró en China, el mundo entero empezó a tomar conciencia de la gravedad de la situación cuando en Italia, España, Alemania o Francia, registraban más de mil muertes diaria por coronavirus por día, etapa que fue el peor momento que les tocó atravesar durante esta pandemia.
Igualmente, la curva de contagios se estabilizó a finales de mayo y a mediados de junio, esto llevó a que muchos países reactiven sus actividades sociales y turísticas, con el objetivo de paliar el atraso económico que trajo el COVID-19 al mercado mundial.
Cifras que impactan
Europa tiene más de 2 millones de contagios de COVID-19 desde finales de enero hasta la fecha. España es la más afectada, seguida por Reino Unido, Italia y Alemania. Los números de la pandemia no solo son negativos en términos de salud y pérdidas humanas; las consecuencias económicas en distintos sectores han llevado a las autoridades europeas a definir una apertura y flexibilización: la decisión tiene sus costos, en las últimas jornadas los contagios empezaron a multiplicarse.
+2.000.000 son los casos de COVID-19 que registra Europa.
Las causas están claras
Los distintos gobiernos nacionales de Europa abrieron sus fronteras cuando empezó a descender la curva de contagios, entre el 13 y el 22 de junio, fecha que inicia la temporada de verano en el viejo continente.
Lo que te enteraste en NEA HOY, fue que esta temporada será la peor de la que se tenga registro en términos económicos, pero el movimiento de personas existió, especialmente entre ciudadanos de países como Alemania y Reino Unido hacia España e Italia.
Al día de hoy, los gobiernos están actuando un paso detrás de estas consecuencias. En España se registraron los números más altos desde finales de mayo, por eso obligó a cerrar discotecas nuevamente y limitar las reuniones sociales. En conclusión, tras este primer rebrote, Italia ya supera los 250 mil infectados y continúa subiendo como consecuencia de los viajeros.

Los países han impuesto cordones sanitarios a los turistas que regresan de países con transmisión comunitaria, sin mencionar la restricción con Estados Unidos y países de Latinoamérica.
Momento de observar y gestionar
En marzo, cuando la pandemia de COVID-19 golpeaba con todo en Europa, en Argentina los políticos celebraban la posibilidad de tener un poco más de tiempo para planificar e invertir en políticas de salud. ¿Tuvo resultados positivos? Sí, si lo planteamos en términos de contagios, fueron decisiones correctas.

Pero, en vistas de las decisiones que tomaron los europeos respecto a la flexibilización de las actividades y con la primavera-verano a la vista, Argentina debería quitar algunas restricciones de turismo y eventos culturales con el fin de recuperar terreno en el campo de la economía y darle a la sociedad un respiro luego de casi medio año de aislamiento.
Actualmente, los países de Europa ven consecuencias negativas por la reapertura. Temen un rebrote como el que sufrieron en marzo-abril. Por otra parte, en nuestro país, existen regiones muy comprometidas por el coronavirus y un movimiento interno podría desembocar en un contagio masivo en áreas libres de COVID-19.
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