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El CEO de JP Morgan enfría el préstamo a la Argentina y deja expuesto el respaldo condicionado de Wall Street a Milei

El CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, elogió al presidente Javier Milei pero relativizó la necesidad del préstamo de 20.000 millones de dólares que el Tesoro de Estados Unidos había anunciado para apuntalar la deuda argentina. Su declaración llega en medio de revelaciones sobre la intervención directa del banco en operaciones con pesos argentinos y deja al descubierto el rol político-financiero de Wall Street en el apoyo al Gobierno.
Javier Milei y Luis Caputo.
Javier Milei y Luis Caputo.

El respaldo internacional al gobierno de Javier Milei tuvo esta semana un giro inesperado. El director ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, aseguró que la Argentina “podría no necesitar” el crédito de 20.000 millones de dólares que se analizaba con bancos y fondos internacionales, una frase que encendió alarmas en los mercados y dejó en suspenso la ayuda financiera que el oficialismo presentaba como un hecho.

El banquero, considerado una de las voces más influyentes de Wall Street, describió a Javier Milei como una “fuerza de la naturaleza” y valoró los avances del Gobierno en materia inflacionaria y de reformas. Pero sus palabras no fueron del todo complacientes: también calificó a la economía argentina como “problemática” y condicionó cualquier apoyo financiero a la continuidad del programa de ajuste libertario.

“Quizá no sea necesario emitir deuda. Si lo necesitan, estamos dispuestos a escuchar sus propuestas”, dijo Dimon, dejando entrever que la supuesta negociación del préstamo aún no comenzó formalmente.

Apoyo simbólico, pero sin chequera abierta

Las declaraciones de Dimon coincidieron con la visita de Milei a Miami, donde ambos compartirán escenario en el American Business Forum. El gesto de respaldo político del CEO de JP Morgan llega acompañado de cautela financiera: lejos de garantizar el crédito prometido, el banquero marcó distancia y reclamó garantías antes de comprometer fondos.

El comentario fue leído en los despachos financieros como una señal de que el entusiasmo inicial de Wall Street se enfría. El préstamo había sido impulsado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, para reforzar las reservas del Banco Central y permitir el pago de vencimientos de deuda en 2026. Pero la falta de detalles sobre la operación y la reticencia de JP Morgan a avanzar en la negociación dejan en evidencia que el apoyo de los mercados a Milei depende más de los discursos que de los desembolsos.

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El director ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, aseguró que la Argentina “podría no necesitar” el crédito de 20.000 millones de dólares que se analizaba con bancos y fondos internacionales, una frase que encendió alarmas en los mercados y dejó en suspenso la ayuda financiera que el oficialismo presentaba como un hecho.

Revelaciones incómodas en Washington

La semana también estuvo marcada por un nuevo capítulo del llamado “rescate invisible” a la Argentina. Según publicó Bloomberg, JP Morgan habría comprado pesos argentinos en nombre del Tesoro de Estados Unidos, como parte de una maniobra para sostener al Gobierno antes de las elecciones legislativas de octubre. La información fue revelada por la senadora demócrata Elizabeth Warren, quien exigió explicaciones oficiales al Tesoro y a la Reserva Federal sobre el alcance del operativo.

De acuerdo con las cartas enviadas por Warren, la operación formó parte de un paquete de respaldo financiero de hasta 20.000 millones de dólares, ejecutado en coordinación con bancos privados y organismos multilaterales. JP Morgan reconoció que actuó como intermediario de esas compras de pesos, mientras que otros bancos —como Goldman Sachs y Citigroup— evitaron dar información sobre su participación.

El episodio expone el vínculo estrecho entre Milei, su equipo económico (varios de los cuales trabajaron años en JP Morgan), y el sistema financiero estadounidense, que parece haber funcionado como soporte silencioso de la estabilidad cambiaria durante el proceso electoral.

Entre la confianza y la dependencia

Para Milei, las palabras de Dimon son una mezcla de reconocimiento y advertencia. Por un lado, el mandatario puede mostrar el respaldo público del banquero más poderoso del mundo financiero. Por otro, queda claro que el crédito internacional —y la promesa de nuevos fondos— no es un cheque en blanco. Dimon habló de una posible “transformación” argentina, pero la condicionó a que Milei mantenga su política de shock “durante este mandato y quizá en un segundo”. Es decir, el cambio estructural que entusiasma a los inversores solo se concretaría si el programa de ajuste logra sostenerse en el tiempo, sin desbordes políticos ni sociales.

En otras palabras, Wall Street respalda la narrativa de Milei, pero espera pruebas más concretas antes de volver a apostar fuerte por la Argentina. Mientras tanto, el crédito estrella que el Gobierno promocionaba como inminente podría quedar archivado en los despachos de JP Morgan.

El mensaje de Jamie Dimon fue tan calculado como simbólico: elogio público, pero billetera cerrada. La “fuerza de la naturaleza” de Milei puede impresionar a los mercados, pero sin resultados consistentes y transparencia en las operaciones financieras, la confianza internacional seguirá siendo un gesto diplomático más que una inversión real.

Con información de LPO, BAE Negocios y Urgente 24.

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