Hoy se inicia en el Tribunal Oral Federal N°7 el proceso conocido como el juicio a los cuadernos de las coimas, un caso que involucra a 87 imputados, que incluye a figuras políticas como Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y Julio De Vido, junto a 65 empresarios. Sin embargo, la propia Cristina Kirchner habló el evento desde sus redes sociales y aseguró que se trata de un «show judicial en Comodoro Py». Además, denunció que la intención es «mantener viva la OPERETA JUDICIAL».
Según la visión de la ex Vicepresidenta, este «circo» no obedece a un calendario judicial, sino que tiene un claro calendario político. La crítica apunta directamente al timing del proceso: «Arranca justo cuando se discute el futuro del trabajo y de las jubilaciones, en lo que constituye una verdadera agenda judicial al servicio del ajuste«.
La credibilidad de la prueba bajo la lupa
Cristina Kirchner no sólo cuestionó el motivo político detrás del juicio, sino también la base probatoria, refiriéndose al caso como un «escandaloso bodrio judicial de cuadernos truchos reescritos 1.500 veces».
Hoy comienza otro show judicial en Comodoro Py.
Parece que no les bastó con meterme presa y proscribirme de por vida en la causa Vialidad: necesitan mantener viva la OPERETA JUDICIAL para seguir presionando y, sobre todo, distraer la atención.
Porque este circo, como los…
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 6, 2025
En el centro de su defensa se encuentra la situación de los acusados que se acogieron a la figura de la delación premiada. Cristina insiste en que a los llamados «arrepentidos» habría que denominarlos «extorsionados». Para sustentar esta afirmación, recurrió a declaraciones de 2018 del actual Ministro de Justicia del gobierno de Milei, Mariano Cúneo Libarona.
En aquel momento, Cúneo Libarona, como abogado defensor de uno de los empresarios detenidos, afirmó que su defendido «si no sale en libertad en breve lapso va a mentir y va a involucrar a alguno». El abogado sostuvo textualmente que si alguien decía ser inocente, quedaba preso, y para salir, debía «arrepentirte, confesar algo e involucrar gente».
Vale recordar que, en este proceso, Cristina Kirchner está imputada como “jefa de una asociación ilícita, coautora de 204 cohechos pasivos», en un caso que algunos medios califican como el «mayor caso de corrupción de la historia argentina». No obstante, entre los 20 imputados colaboradores (arrepentidos) se encuentran importantes figuras empresariales como Ángelo Calcaterra (primo de Mauricio Macri) y Aldo Benito Roggio, quienes se acogieron a la Ley 27340 para obtener beneficios de reducción de condena.

El «latrocinio» silencioso y la resistencia
La expresidenta estableció un duro contraste entre el foco mediático-judicial sobre su persona y lo que considera el verdadero «saqueo» que se está perpetrando en el presente, bajo el Gobierno de Javier Milei. Señaló que, de la mano de Caputo y el JP Morgan, «avanza el segundo mega endeudamiento de la Argentina por miles de millones de dólares». Este endeudamiento, que «nunca nadie vió, ni verá», hipoteca el presente y el futuro de varias generaciones.
El punto crucial, según CFK, es la selectividad de la Justicia: este endeudamiento avanza «sin que ningún fiscal los acuse, ni ningún juez los juzgue por el latrocinio», mientras la situación económica del país empeora: «La plata no alcanza y trabajo no hay».
Finalmente, Cristina Kirchner manifestó su total entereza ante las presiones: «No tengo miedo». Aseveró que, a pesar de la invención de causas y la manipulación judicial, no lograrán «detener la organización del peronismo y de todo el campo nacional y popular, frente al saqueo que están perpetrando y que piensan profundizar para los próximos meses».
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