En Chaco, el judo dejó de ser visto únicamente como un deporte para transformarse en una verdadera escuela de vida. Bajo el impulso de la Federación Chaqueña de Judo, la disciplina se abre paso como un espacio inclusivo y formativo, donde niños, jóvenes y adultos encuentran no solo entrenamiento físico, sino también valores como el respeto, la disciplina y el compañerismo.
«Cuando pienso en el judo, no veo solo un deporte. Veo una escuela de vida que transforma a quienes lo practican, sin importar la edad, el origen o las condiciones personales», expresó Gustavo García, secretario general de la Federación.
La propuesta convoca desde los más pequeños, a partir de los 4 años, hasta adultos mayores de 30, consolidando al tatami como un punto de encuentro intergeneracional y familiar. Por consultas, pueden comunicarse con el Profesor Gustavo García (3624-611832), o con el Profesor Fernando Cucchi al (3624-603147).

Una disciplina para todos
En tiempos en que las pantallas y la tecnología tienden a aislar, el judo se presenta como una herramienta para fortalecer lazos humanos. Y lo hace con un rasgo distintivo: su espíritu inclusivo.
En los torneos y entrenamientos en la provincia, es habitual ver la participación de personas con discapacidad visual, con síndrome de Down o dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). El judo adaptado requiere mínimas modificaciones: en el caso de los judocas ciegos, basta con que los combates comiencen con ambos atletas tomados de las solapas para garantizar el contacto durante la pelea.
«Ese simple ajuste convierte al judo en uno de los deportes más inclusivos del mundo, porque permite entrenar y competir juntos a personas con y sin discapacidad», explicó García.
Para quienes tienen síndrome de Down, se ajustan los tiempos de combate y se cuidan determinados movimientos, sin alterar la esencia de la disciplina. En tanto, en personas con TEA, el tatami se convierte en un espacio de autorregulación, interacción social y superación personal.

Más allá del deporte
El impacto trasciende el plano deportivo. «He visto con mis propios ojos cómo esta práctica fortalece la autoestima, la confianza y la creatividad. Cómo los prejuicios se derriban cuando la sociedad reconoce las habilidades antes que las limitaciones», destacó el dirigente.
Las familias, principales protagonistas de este proceso, coinciden en el mismo punto: «Lo más importante es verlos viajar, competir y ser parte, visibilizando lo que significa el judo inclusivo».

Un campeonato abierto a la comunidad
La próxima gran cita será el Campeonato Interprovincial de Judo, que se disputará el 23 de agosto en el microestadio del Club Chaco For Ever. La entrada será libre y gratuita, en una invitación abierta a toda la comunidad.
Más allá de las medallas, el evento busca transmitir un mensaje: en el tatami todos tienen un lugar. El judo chaqueño lo reafirma con hechos, construyendo un espacio deportivo donde la inclusión es la verdadera victoria.
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