El precio internacional del petróleo profundizó su caída esta semana tras el anuncio de la OPEP+ de aumentar su producción en más de 400.000 barriles diarios a partir de junio. La medida presionó al Brent, referencia en Europa, a tocar los USD 58,41, y al WTI, índice clave en Estados Unidos, a caer hasta USD 55,30.
Ambas cotizaciones marcan sus valores más bajos desde enero de 2021 y acumulan pérdidas cercanas al 20% en lo que va del año. Esta tendencia bajista amenaza con socavar los planes económicos de gobiernos que apostaron a las exportaciones de energía como motor de crecimiento, entre ellos el de Javier Milei en Argentina.
En el caso argentino, el impacto es doble: golpea la generación de divisas por exportaciones y frena inversiones en uno de los sectores estratégicos del país, como es Vaca Muerta. Según estimaciones de la consultora Economía & Energía (EyE), cada dólar de caída en el precio del barril representa USD 80 millones menos por año en exportaciones.

Si el precio se mantiene por debajo de los USD 60, el país perdería alrededor de USD 800 millones en ingresos en 2025, una cifra significativa en una economía que busca desesperadamente dólares para sostener el equilibrio externo.
El problema se agrava si se considera que en el primer trimestre de 2025, el superávit comercial argentino fue de apenas USD 761 millones, y solo fue posible gracias al aporte del sector energético, que generó exportaciones por USD 2.534 millones.
Excluyendo ese rubro, el país habría registrado un déficit de USD 851 millones. “El balance sin energía es negativo, y con petróleo barato, el riesgo es que se pierda el principal sostén externo del plan Milei-Caputo”, explicó el economista Amílcar Collante.
Dólares que no alcanzan
El Gobierno nacional defiende su programa económico basado en el ajuste fiscal, la desregulación y una apertura comercial sin restricciones. Sin embargo, la caída del crudo pone en duda una de las pocas fuentes genuinas de ingreso de divisas en un contexto de cepo financiero y caída del crédito externo. “Este tipo de petróleo barato no es compatible con el boom importador que implica una economía en crecimiento sin cepo total”, advierten desde EyE.
Vaca Muerta, el yacimiento no convencional que impulsa gran parte de las exportaciones petroleras, también sufre el golpe. El crudo que se produce allí se vende con un descuento de entre USD 3 y 4 respecto al Brent y soporta un 8% de retenciones. Si el Brent ronda los USD 60, el precio efectivo del barril neuquino podría estar apenas por encima de los USD 55.
Esto repercute directamente en los ingresos esperados por las operadoras. Según EyE, con un precio promedio de USD 69, se preveía una facturación de USD 19.300 millones para 2025. Cada dólar menos representa una pérdida de casi USD 280 millones. En paralelo, las inversiones proyectadas en el sector podrían caer un 13% respecto a lo inicialmente estimado (USD 11.100 millones). Algunas provincias productoras, como Chubut y Mendoza, ya comenzaron a bajar las regalías para evitar una parálisis productiva.

Provincias en alerta
La reacción de las provincias petroleras no se hizo esperar. Chubut redujo del 12% al 9% las regalías para dos proyectos de inversión de las empresas PAE y Pecom, que se habían comprometido a invertir más de USD 450 millones en total. “Estamos muy preocupados. A la baja del precio se suma un dólar planchado que reduce la competitividad”, señalaron desde el entorno del gobernador Ignacio Torres.
Mendoza también avanzó con esquemas de regalías variables. Según la ministra de Energía provincial, Jimena Latorre, “una menor carga impositiva en momentos de precios bajos permite sostener el nivel de inversión y producción”. La política apunta a reducir las regalías en zonas de baja productividad o cuando el precio internacional cae por debajo de cierto umbral, con la expectativa de que el incremento en el volumen compense la pérdida recaudatoria.
🛢 La caída del petróleo enciende luces amarillas en el tablero de Milei y Caputo
💵 Cada dólar que baja el crudo implica menores exportaciones por US$ 80 millones. Las divisas de Vaca Muerta no alcanzan a cubrir el gasto de los turistas en el exteriorhttps://t.co/Y6N1VHITSZ
— Santiago Spaltro (@SantiagoSpaltro) May 6, 2025
Baja en surtidores, pero menor recaudación
El único alivio visible para la ciudadanía es la baja en el precio de los combustibles. YPF anunció una reducción del 4% en mayo, en línea con la tendencia internacional y la decisión del Gobierno de no actualizar los impuestos al combustible líquido y al dióxido de carbono. La medida contribuye a desacelerar la inflación, pero a costa de la meta fiscal. Solo en el primer trimestre del año, la pérdida por no actualizar estos tributos ascendió a USD 601 millones.
Esto significa una pérdida de oportunidad por parte del gobierno, ya que al bajar el crudo, se podría aplicar los impuestos postergados sin que eso signifique una suba sustancial de precios en el corto plazo. En vez de esto, el gobierno decidió bajar los precios del combustible en góndola y seguir postergando los impuestos al combustible, que habrían alivianado la carga del equilibrio fiscal que tanto pesan sobre los jubilados.
En términos reales, el precio de la nafta bajó un 6,3% en pesos constantes respecto al año anterior y, medido en poder adquisitivo, se ubica un 20% por debajo del promedio de los últimos quince años. Es una señal clara de que el Ejecutivo prioriza la estabilidad de precios antes que la recaudación, aunque esto tenga un impacto negativo en las cuentas públicas.
Paraguay también mira el precio
En Paraguay, el derrumbe del crudo abrió un frente interno entre el Ministerio de Economía y la petrolera estatal Petropar. El ministro Carlos Fernández Valdovinos instó públicamente a la empresa a bajar los precios de los combustibles para trasladar el alivio internacional a los consumidores locales. “Los combustibles están por debajo de los USD 60. Es hora de que Petropar le devuelva algo a la ciudadanía”, reclamó el funcionario.
Sin embargo, desde la empresa estatal evitaron pronunciarse oficialmente. En abril, Petropar había reducido G. 300 el precio de todos sus combustibles, pero el ministro considera que el margen para nuevas rebajas sigue siendo amplio. El debate refleja la tensión entre la necesidad de mantener precios accesibles y la presión financiera que enfrentan las empresas energéticas, incluso estatales, cuando sus márgenes se reducen por el contexto global.
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