La disputa por la soberanía de las Islas Malvinas suma un nuevo capítulo con implicancias económicas y políticas de gran envergadura. La empresa israelí Navitas Petroleum, en asociación con la británica Rockhopper Exploration, anunció que proyecta comenzar a extraer petróleo en las islas hacia fines de 2026, en el marco de un ambicioso plan de explotación en el yacimiento Sea Lion.
La estimación surge de un estudio reciente elaborado por la firma consultora Netherland Sewell & Associates (NSAI), que no solo adelantó un año la fecha del denominado “primer petróleo”, sino que además informó un incremento del 11% en la cantidad de crudo considerado extraíble: de 712 millones de barriles a 791 millones.
El yacimiento Sea Lion está ubicado en la cuenca norte de Malvinas, a unos 280 kilómetros de la costa de las islas. Navitas, que controla el 65% del proyecto, y Rockhopper, propietaria del porcentaje restante, planifican una inversión inicial de 1.200 millones de dólares para alcanzar la primera producción comercial, perforando 23 pozos que enviarán el crudo a una nave FPSO (unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga).
Israel, a través de Navitas Petroleum, se apropiará del petróleo de las Islas Malvinas con el proyecto «Sea Lion».
La extracción empezará a finales de 2027 con un pico de producción de 150.000 barriles diarios, la mayor parte de las ganancias se repartirán entre Israel y USA. https://t.co/RT7p695UoO pic.twitter.com/4cCwlbQXMY— Yla (@Ylainoa) April 20, 2025
Según las proyecciones, el campo tendrá una vida útil de 15 años con una extracción diaria promedio de 55.000 barriles. Los costos operativos y de capital rondarían los 25 dólares por barril, mientras que el precio internacional del petróleo se estima entre 61 y 73 dólares hasta 2030. De este modo, las empresas aseguran una rentabilidad garantizada desde el inicio de la operación.
Rockhopper calificó el esquema como “un proyecto de menor riesgo y con un punto de equilibrio muy atractivo”, inferior a los 25 dólares por barril, cifras que fortalecen el atractivo económico de la iniciativa.
Un negocio multimillonario en disputa
El plan de explotación, que incluye una segunda fase de expansión a partir de 2031 con una inversión adicional de 1.300 millones de dólares, podría significar la extracción de hasta 300 millones de barriles en 30 años. La ganancia estimada supera los 25 mil millones de dólares, mientras que el Gobierno británico recibiría otros seis mil millones en concepto de regalías.
🦐🦑🚢 🇬🇧💩 En este informe te contamos quiénes se llevan los recursos de Malvinas. Empresas pesqueras españolas, energéticas israelíes y británicas. pic.twitter.com/mFzlaiPoWE
— El Grito del Sur (@Grito_delSur) March 31, 2025
Estas cifras han generado fuertes críticas desde sectores políticos y sociales de la Argentina, que consideran el avance del proyecto como una grave violación de la soberanía nacional. José Cruz Campagnoli, licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA), advirtió que «es una actitud violatoria de nuestra soberanía, que cuenta una vez más con la complicidad del Gobierno nacional«.
El exlegislador recordó que en 2022, bajo la presidencia de Alberto Fernández, la Secretaría de Energía declaró ilegales las actividades de Navitas en la plataforma continental argentina. Sin embargo, a diferencia de administraciones anteriores, el actual Gobierno de Javier Milei no ha presentado reclamos formales en foros internacionales ni acciones judiciales contra las empresas, lo que, según analistas, facilita la consolidación del proyecto y debilita la posición argentina en la histórica disputa por las islas.
Saqueo de recursos y tensión geopolítica
Además del impacto económico directo, el proyecto implica profundas consecuencias geopolíticas. Según The Telegraph, gran parte de las ganancias terminarán en manos de accionistas de Israel y Estados Unidos, consolidando intereses extranjeros en un territorio cuya soberanía es reclamada por la Argentina.
Dice que las Islas son “autosustentables” negando la depredación de los espacios marítimos y los recursos naturales argentinos en nuestro Mar: pesca y petróleo. Nos quieren tapar con pingüinos el colonialismo 🇬🇧 en nuestras Islas Malvinas pic.twitter.com/LPzSbtY1Pd
— Rattenbach (@jmrosas1845) January 28, 2025
Esta situación reactualiza viejas tensiones entre Londres y Buenos Aires, con una diferencia notable: la falta de una estrategia activa por parte del actual gobierno argentino para contrarrestar el avance sobre sus recursos naturales. Organizaciones políticas y sociales acusan también a Navitas de operar con una licencia “ilegal”, otorgada por las autoridades de las islas, que Argentina no reconoce como gobierno legítimo.
Amenazas ambientales
La polémica no se limita al plano político y económico. El megaproyecto León Marino enfrenta severas advertencias ambientales en un contexto global marcado por la crisis climática.
Expertos en conservación marina y diversas ONG han alertado sobre los riesgos inherentes a la explotación petrolera en aguas profundas. Un eventual derrame en esa zona del Atlántico Sur podría provocar daños irreversibles en la biodiversidad marina, afectando no solo a las Malvinas, sino también a extensos ecosistemas de la región.
¿Dónde están los ecologistas que se opusieron a las salmoneras de Tierra del Fuego? ¿Dónde están los que marcharon en contra de la explotación de hidrocarburos en el Mar argentino? ¿Por qué no hablan de lo que hacen los 🇬🇧 en nuestras Islas Malvinas con el petróleo y la pesca? https://t.co/SORwI1iUJA pic.twitter.com/Wk4sAFivky
— Rattenbach (@jmrosas1845) April 22, 2025
El medio especializado Gas Outlook subraya la falta de medidas preventivas por parte de las autoridades argentinas y advierte sobre las posibles consecuencias ecológicas de una explotación intensiva y prolongada.
La Evaluación de Impacto Ambiental que Navitas debe entregar próximamente a las autoridades de las islas es vista con escepticismo por ambientalistas, quienes temen que los intereses económicos prevalezcan sobre los estándares de protección ambiental.
El futuro del Atlántico Sur en juego
Mientras Navitas y Rockhopper avanzan en la planificación de la producción petrolera, la cuestión de fondo permanece irresuelta: la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas. La explotación de recursos naturales en un territorio en litigio no solo tiene implicancias jurídicas y diplomáticas, sino que configura un escenario de agravamiento de las tensiones políticas, económicas y ambientales.
🔴ESCÁNDALO NACIONAL
Israel se lanza al saqueo de los hidrocarburos de Malvinas y el Atlántico Sur junto con Reino Unido, usurpador de 1.650.000 km2 de territorio marítimo e insular.
Van por 500 mill. de barriles de petróleo.
La gaucha Villarruel hace silencio. ¿Por qué será? pic.twitter.com/5kDoEyyukd
— La Social 21 (@LaSocial21) July 3, 2024
La pasividad oficial argentina frente al avance del proyecto León Marino despierta crecientes críticas internas y plantea interrogantes sobre el rumbo de la política exterior en relación con la cuestión Malvinas.
En este contexto, especialistas advierten que no actuar hoy podría hipotecar no solo los recursos energéticos del país, sino también su soberanía territorial y su capacidad de incidencia en un área estratégica del Atlántico Sur.
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