Miní, una hembra silvestre nacida en el Parque Nacional Iberá con casi dos años, fue capturada y trasladada a los recintos del Parque Nacional El Impenetrable en la primera translocación de un yaguareté silvestre con fines de conservación en el mundo. Su llegada es clave para la restauración del ecosistema chaqueño.
En 2019, la aparición de Qaramtá marcó el comienzo de un proyecto histórico: la vuelta del yaguareté en el Gran Chaco argentino. Desde entonces, con esfuerzos de conservación y reproducción en semicautiverio, ya son seis los ejemplares que habitan El Parque Nacional El Impenetrable.
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A pesar de estos avances, la situación del yaguareté en la zona sigue siendo crítica. En la región sobrevivían menos de 10 machos solitarios, lo que hacía urgente la incorporación de hembras para garantizar el futuro de la especie.
Por eso, en 2024, se logró la liberación de Nalá, nacida en el Centro de Reintroducción de Yaguareté de El Impenetrable, y Keraná, rescatada en Paraguay y trasladada a Argentina. Hoy, es el turno de Miní, una hembra silvestre nacida en el Parque Nacional Iberá. Con casi dos años, fue capturada y trasladada a los recintos del Parque Nacional El Impenetrable en la primera translocación de un yaguareté silvestre con fines de conservación en el mundo.

Su llegada es clave para la restauración del ecosistema chaqueño, no solo porque aumenta el número de individuos en la región, sino porque su genética aporta diversidad y fortalece la población en crecimiento. Miní da sus primeros pasos en libertad y se convierte en la tercera hembra en habitar El Impenetrable, brindándonos la esperanza de recuperar al gran predador tope del norte argentino.
Fuente: Norte.
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