El sábado por la noche, la vida de Jeremías Sosa, un joven misionero de 31 años, terminó de manera trágica y violenta en las calles de Olivera, localidad del partido de Luján, Buenos Aires. Confundido con un ladrón, Jeremías fue perseguido, reducido y golpeado brutalmente por un grupo de vecinos, quienes lo atacaron hasta causarle la muerte. El hecho, que ha conmocionado a ambas provincias, dejó a su familia en un estado de profundo dolor y desesperación, mientras reclaman justicia y colaboración para trasladar sus restos a Misiones.
Jeremías Sosa había viajado desde Jardín América, su ciudad natal, para visitar a su hermana en Olivera. Según relató su hermana Melanie a los medios, aquella noche el joven sufrió un ataque de pánico y salió a tomar aire. Al escuchar ruidos de motos y gritos, se asustó y comenzó a correr. Esta reacción, aparentemente, fue interpretada por algunos vecinos como un intento de fuga, lo que desencadenó una cadena de eventos fatales.
«Él no estaba robando. Sufrió un ataque de pánico y salió corriendo. Lo confundieron con un ladrón y lo mataron sin piedad«, expresó Melanie con voz entrecortada. Según su testimonio, Jeremías intentó pedir ayuda a los vecinos, golpeando la puerta de una casa y gritando: «¿Dónde está mi casa? Llévenme a mi casa«. Sin embargo, su estado de alteración solo generó más confusión, y cuando un hombre salió a ver qué ocurría, Jeremías volvió a correr, siendo interceptado por el grupo que lo atacó.
🔹Sufrió un brote y los vecinos lo confundieron con un ladrón: lo mataron a golpes
Familia y amigos de Jeremías Sosa piden justicia y acusan a una reconocida familia de Pilar.
📌 En #BuenDíaNación en LN+ pic.twitter.com/W8CnsOlqIr
— La Nación Más (@lanacionmas) February 25, 2025
La golpiza fue despiadada y Jeremías fue trasladado de urgencia al Hospital Zonal General Nuestra Señora de Luján, donde los médicos confirmaron su muerte.
El dolor de la familia y el pedido de justicia
La noticia de la muerte de Jeremías llegó como un mazazo para su familia, tanto en Buenos Aires como en Misiones. «Nos arrebataron un hermano, un hijo, un papá, un marido, un primo, un tío, un sobrino. Le arrebataron su vida de una manera atroz y sin corazón«, expresó Magalí, otra de sus hermanas, en un desgarrador mensaje en redes sociales.
Jeremías Sosa era un hombre trabajador, dedicado a la albañilería, y tenía dos hijos y una pareja. Su familia insiste en que no había motivo alguno para que lo confundieran con un delincuente. «Venía a trabajar a Buenos Aires, tenía a su cargo obras, tenía plata, casa y auto. ¡Él no tenía necesidad de robar! ¡No vino a robar, no vino a robar, no vino a robar!«, clamó Melanie ante las cámaras de medios nacionales.
Se llamaba Jeremías Sosa, misionero de 30 años, casado y padre de dos hijos, «que había llegado al pueblo ese mismo sábado a la tarde para visitar a su madre y su hermana, tras su jornada laboral en la zona norte del Conurbano». pic.twitter.com/xJksxRCJwN
— eduardo spalletta (@EduSpalletta) February 24, 2025
La familia también cuestiona la versión inicial que circuló entre los vecinos, que acusaban a Jeremías de haber cometido robos en la zona. «Era solo un rumor de un vecino. Nadie denunció que él quiso robar. Lo mataron por la duda«, afirmó Melanie.
La investigación y los detenidos
El caso está siendo investigado por la fiscal María Laura Cordiviola, de la Unidad Funcional de Instrucción N° 10, quien caratuló la causa como «homicidio en riña«. Hasta el momento, hay tres hombres detenidos, todos mayores de edad, y se están realizando allanamientos para recabar más pruebas. En uno de estos operativos, se incautaron prendas con manchas de sangre y celulares que podrían ser clave para el caso.
Sin embargo, la familia teme que no todos los responsables sean llevados ante la justicia. «La gente del pueblo los vio, los que lo golpearon con palos, ladrillos y patadas ya no están aquí«, lamentó Melanie.

Conmoción en Misiones y Buenos Aires
El caso de Jeremías Sosa ha generado una ola de indignación y tristeza en ambas provincias. En Misiones, medios locales han dado amplia cobertura al hecho, destacando la brutalidad del linchamiento y el reclamo de justicia de la familia. En Olivera, vecinos también se han organizado para apoyar a la familia, proponiendo colectas y manifestaciones para exigir respuestas.
El asesinato de Jeremías no solo expone la violencia desmedida de los linchamientos, sino también la necesidad de un sistema de justicia que actúe con celeridad y firmeza. Mientras tanto, su familia sigue esperando que se haga justicia y que el cuerpo de Jeremías pueda regresar a su tierra natal, donde será despedido por quienes lo amaron y lo recordarán como un hombre trabajador, amoroso e inocente.
La colecta para repatriar el cuerpo
Mientras la investigación avanza, la familia de Jeremías enfrenta otro desafío: repatriar su cuerpo a Misiones para darle un funeral digno. En Jardín América, amigos y familiares iniciaron una colecta para recaudar fondos que cubran los gastos del traslado. «Queremos que se esclarezca el crimen y poder llevar su cuerpo a Misiones para despedirlo como corresponde«, expresó su hermana.
Quienes deseen colaborar pueden hacerlo comunicándose al número +54 9 3743 51-7819. La solidaridad de la comunidad ha sido un rayo de esperanza para la familia, que se siente abrumada por el dolor y la injusticia.
ADEMÁS EN NEA HOY: