El granizo, un fenómeno meteorológico que puede causar daños significativos, se encuentra bajo el escrutinio científico debido a su relación con el cambio climático. El calentamiento global no solo modifica la frecuencia y la intensidad de las tormentas, sino también las características del granizo, generando un panorama complejo con consecuencias globales.
Granizo: un fenómeno que desafía la predicción
La formación del granizo ocurre en tormentas organizadas con corrientes ascendentes intensas, humedad e inestabilidad. Estas condiciones permiten que las partículas de hielo crezcan dentro de las nubes hasta alcanzar un tamaño que las corrientes ya no pueden sostener. Aunque su comportamiento sigue siendo difícil de modelar con precisión, la interacción de factores como la temperatura y la cizalladura del viento es crucial para entender su formación.

Granizo en un mundo más cálido
El cambio climático aporta más aire cálido y húmedo, lo que intensifica las tormentas. Este ambiente puede favorecer la formación de granizo de mayor tamaño. Sin embargo, el aumento de la altura de fusión, un efecto del calentamiento global, también incrementa la probabilidad de que los granizos pequeños se derritan antes de alcanzar el suelo.
Esto significa que, aunque podría haber menos granizo en general, las piedras que lleguen a la superficie podrían ser más grandes y, por ende, más dañinas. Este fenómeno plantea un nuevo desafío para las regiones propensas a granizadas severas.

Cambios en la cizalladura del viento
La cizalladura vertical del viento, clave para mantener tormentas supercélulares organizadas, podría disminuir en un clima más cálido. Esto puede resultar en menos tormentas capaces de producir granizo extremo. Sin embargo, estudios recientes concluyen que estos cambios no afectarán significativamente la actividad general del granizo debido a la predominancia de otros factores climáticos.
Modelos avanzado y proyecciones regionales
Innovaciones en modelado climático han permitido proyectar patrones más detallados sobre el granizo. Por ejemplo, se anticipa que en Estados Unidos las temporadas de este fenómeno podrían extenderse, aunque con variaciones regionales. Mientras que algunas áreas podrían experimentar menos tormentas, otras, como el centro del país, podrían enfrentar un aumento de granizadas dañinas.
En otras regiones del mundo, como Europa y Australia, se prevé un incremento en la frecuencia y gravedad del granizo, mientras que en Asia Oriental y América del Norte podría disminuir su frecuencia, pero no necesariamente su impacto.

Implicaciones para el futuro
El cambio climático está remodelando los patrones de las tormentas con granizo, aumentando los riesgos para las áreas urbanas vulnerables y las economías que dependen de la agricultura. La necesidad de mitigar estos impactos subraya la importancia de avanzar en los modelos predictivos y adoptar estrategias de adaptación ante un fenómeno que continuará evolucionando. Optimizar nuestra comprensión del granizo en un mundo en calentamiento será clave para proteger vidas, infraestructura y recursos frente a este fenómeno climático extremo.
ADEMÁS EN NEA HOY:
¿Qué ocurre con los incendios forestales que afectan a Brasil, Bolivia y Paraguay?