En la tarde del miércoles Bolivia se encontró en el ojo del mundo y de latinoamérica a ser víctima de un nuevo intento de golpe militar. No pasaron más de 5 años desde el último golpe que sacó al entonces presidente Evo Morales del gobierno. Esta vez el intento fue fallido, y el actual presidente Luis Arce pudo mantenerse en el poder cambiando la cúpula militar y deteniendo al ex comandante Juan José Zuniga como autor del hecho.
El intento de golpe sucede en un contexto de gran tensión política dentro del partido gobernante de Bolivia, protagonizado por los cruces entre el actual presidente Luis Arce y el ex presidente Evo Morales, quien se encuentra inhabilitado para presentarse a las próximas elecciones presidenciales del 2025.
¿Quién es Juan josé Zuniga?
Juan José Zúñiga tuvo una carrera bastante polémica. Se graduó como oficial en 1990 ocupando el 45vo puesto de calificaciones en una cohorte de 65 graduados. Así y todo, llegó a escalar y ocupar varios cargos importantes dentro del ejército y recibió repetidas denuncias de corrupción.
Zúñiga se desempeñó como coronel del regimiento REIM-23 Max Toledo entre 2012 y 2013. Durante este período, fue acusado de malversar 2,7 millones de bolivianos (unos $400,000 dólares) de fondos públicos destinados a programas sociales. Estuvo encarcelado por siete días por estos cargos. Además, se lo ha vinculado con el “Grupo Pachachos”, una red de poder dentro del ejército encargada de realizar tareas de inteligencia y controlar el contrabando en las fronteras.
A pesar de ello, construyó una relación cercana a Luis Arce, quien lo nombró comandante general en enero de 2024. Su designación fue otro factor que alimentó la disputa entre Arce y el ex presidente Evo Morales, quien acusa al actual presidente de conspirar para que él no pueda volver a la presidencia del país.
Convocamos a una Movilización Nacional para defender la Democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza del Gral. Zuñiga.
Declaramos paro general indefinido y bloqueo de caminos.No permitiremos que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al…
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) June 26, 2024
La semana pasada, Zúñiga tuvo una disputa pública con el ex presidente Evo Morales, a quien amenazó con arrestar si intentaba postularse nuevamente a la presidencia. El escándalo obligó a Arce a pedirle la renuncia a Zuñiga para evitar mayores conflictos con Morales y sus seguidores.
Esto llevó a Zuñiga a reunir a una cuadrilla de militares y movilizar un tanque hacia el Palacio de Gobierno de La Paz para intentar destituir a Luis Arce y tomar el poder. Advirtiendo “movimientos irregulares” de las fuerzas armadas, el presidente convocó a la población a movilizarse en defensa de la constitución y pudo repeler el intento. El propio Evo Morales también convocó a los sindicatos a realizar un paro general “para defender la Democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza del Gral. Zuñiga”.
En general, hubo una coincidencia general desde la izquierda hasta los partidos más conservadores en criticar frontalmente la «aventura subversiva» de Zúñiga, cuestionando que los militares puedan inmiscuirse en temas políticos en tiempos de democracia.
Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse.
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) June 26, 2024
La población salió a apoyar al presidente Arce y a aclamar su defensa de la democracia, lo que llevó a los militares a retirarse de la plaza Murillo. La policía detuvo a Zúñiga y al comandante de la Armada Juan Arnez Salvador, acusados por la fiscalía de terrorismo y alzamiento armado.
El oficialismo roto
El intento de golpe ocurre en un contexto de escisión de lo que alguna vez fue el Movimiento al Socialismo que llevó a Evo Morales al poder y lo convirtió en el primer presidente perteneciente a pueblos originarios en el continente.
Los conflictos internos empezaron desde que, tras el golpe de estado que lo sacó del poder, el MAS vuelve a ganar las elecciones presidenciales en el 2020, esta vez con Luis Arce a la cabeza. Desde allí, distintos episodios que generaron un choque de poder entre ambos líderes.
Arce ha buscado ejercer un liderazgo más autónomo, resistiéndose a los pedidos de Morales de remover a ciertos ministros de su gabinete. Morales acusa a Arce y su gobierno de intentar «proscribir» su candidatura para las elecciones de 2025, mientras que Arce, por su parte, cuestiona la legitimidad de la postulación de Morales debido a un fallo de la Corte Constitucional.
Hay que recordar que, de acuerdo a la constitución de Bolivia, un presidente no puede ejercer más de dos mandatos. Evo Morales lanzó un plebiscito durante su segundo mandato, pero la ciudadanía votó en contra de la reelección indefinida. Así y todo, la Corte le permitió a Evo candidatearse para un tercer mandato bajo el argumento de que la constitución se había sancionado posterior a su primer mandato, por lo que solo contaba el segundo.
Su tercer mandato fue evitado por el golpe de estado que puso a Janine Añez al frente de Bolivia, razón por la cual hoy Evo Morales y sus seguidores intentan impulsar su candidatura bajo pretexto de que ese tercer mandato, que la corte ya había aprobado, nunca ocurrió. Arce, en cambio, cuestiona la legitimidad de esta candidatura por un fallo de la corte de diciembre del 2023 que la proscribe.
El conflicto ha llevado a una fractura dentro del MAS, con Morales y Arce convocando a congresos separados del partido para definir su futuro rumbo a las elecciones de 2025. La facción de Morales ha bloqueado iniciativas legislativas del gobierno de Arce, lo que este último califica como un «boicot económico«.
Esta disputa ha generado una profunda polarización en la sociedad boliviana. Mientras los seguidores de Morales («evistas») exigen la renuncia de jueces y fiscales para allanar su candidatura presidencial, los partidarios de Arce («arcistas») defienden la continuidad de las autoridades judiciales.
Los bloqueos de carreteras liderados por los «evistas» en protesta por estas diferencias han causado millonarias pérdidas económicas y al menos dos muertes. Esto evidencia cómo el conflicto entre las cúpulas del MAS está impactando negativamente en la vida cotidiana de los bolivianos.
Al mismo tiempo, también deja acéfalo a una parte importante de la sociedad boliviana, que fruto a las disputas de poder miran con cada vez más desconfianza a las instituciones políticas. Quedará por ver si este episodio y la necesidad de defender la constitución e instituciones democráticas generan un contexto de mayor unidad y revalorización política para las elecciones del 2025 o si contribuye a todo lo contrario.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Formosa: el boleto único de colectivo costará $1.050 y se abonará desde este sábado