El frío nos sorprendió con más intensidad este año y con él llegaron, como es costumbre en esta época, las enfermedades respiratorias. Las autoridades sanitarias recomendaron a la población reforzar las medidas de prevención dado que está aumentando la circulación de los virus de la gripe y de la bronquiolitis.
En esta nota te contamos cuáles son las cosas que contribuyen y cuáles no a que contraigas las típicas infecciones del invierno. Para empezar, vale tener en cuenta un detalle muy importante: cuando bajan las temperaturas las personas son más propensas a enfermarse.
El otorrinolaringólogo Gustavo Cassera explica que en invierno se contraen más infecciones, entre otras razones, porque el organismo funciona diferente. “El epitelio respiratorio está formado por capas irregulares que contienen dos grupos importantes de células: las ciliadas y las calciformes, que son las que segregan el moco.
Por arriba de este epitelio, está la capa de moco que por un mecanismo se desplaza hacia la laringe, como un manto que se lleva todo ‘pegado’ en él -como ser gérmenes, polen, polvo ambiental etcétera- para que el aire inspirado llegue a los pulmones lo más limpio posible, además de húmedo y tibio”, detalla.
Este proceso, según remarca, es muy eficiente cuando todo funciona bien. Pero puede alterarse por factores físicos, químicos o biológicos. “Los factores físicos, como la temperatura, actúan alterando el normal proceso bioquímico que requiere el movimiento ciliar y la secreción de moco. Nuestro cuerpo, y sus procesos bioquímicos, funciona a una temperatura de 37° C.
Es decir que si cambia la temperatura del epitelio respiratorio, como cuando hace frío, se detienen o ralentizan las reacciones químicas que desencadenan el movimiento ciliar y la secreción de moco, con lo cual los gérmenes no son removidos y se reproducen y vulneran esa capa de protección, ingresando, incluso, hasta el torrente sanguíneo”, especifica.
El asesor de Enfermedades Respiratorias, Ernesto José Ways, detalló que los virus respiratorios más comunes en esta época son el rinovirus, que produce catarros en las vías aéreas superiores, el de la gripe (Influenza A y B), y el sincitial respiratorio (VRS), que provoca la bronquiolitis. En menor medida también está circulando el SARS-CoV-2 (covid).
Los niños y los adultos mayores son quienes más cuidado deben tener porque son los más propensos a enfermarse. Una de las medidas que más ayuda a prevenir las infecciones, según remarca Cassera, es la vacunación, ya que esta evita las complicaciones de las enfermedades como la gripe y la covid 19, y otras bacterianas como la que previene infecciones por neumococos.
Hábitos de higiene para evitar enfermedades respiratorias
Los hábitos de higiene son medidas esenciales para no contraer virus respiratorios, coinciden Casserá y Ways. El lavado de manos frecuentes no puede faltar, además de la ventilación de los ambientes, detallan.
Otra cosa que ayuda mucho: el uso de pañuelos desechables y cubrirse la boca al toser o estornudar. También no fumar y mantener ambientes libres de humo. Hay que evitar compartir mate, vasos, cubiertos y utensilios.
“No hay que suspender la lactancia materna en el caso de los bebés. Y no mandar niños enfermos a la escuela. Además, conviene aislar al recién nacido”, remarca Ways.
Alimentación y ejercicio
La alimentación saludable tiene una gran influencia, añade Casserá. Al respecto, la doctora Concha Gimeno, médica especialista en enfermedades infecciosas y microbiología, destaca en el sitio Infosalus que el aporte de vitaminas, de proteínas y de carbohidratos, es fundamental para el mantenimiento del sistema inmune y de las células del epitelio respiratorio.
Señaló que las vitaminas del grupo B (presentes en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, huevos, carnes y leches, entre otros) y la vitamina A (hortalizas, verduras y fruta de color verde, anaranjado y amarillo, por ejemplo), tienen un efecto protector de la mucosa.
Para la experta, el ejercicio físico directamente no ayuda a prevenir las infecciones respiratorias, sino que en realidad contribuye a fortalecer la musculatura abdominal y torácica (importante para una mejor función respiratoria), a mejorar la osteoporosis, las articulaciones, la sensación de euforia, y la vitalidad.
“Parece que tiene un efecto de ayuda a la prevención de infecciones, más por todas esas características que como efecto directo. Lo que sí está documentado es que las personas que hacen deporte tienen menos problemas graves cuando presentan infecciones respiratorias”, concluye la especialista.
Fuente: La Gaceta.
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