Hace 38 años la Argentina recuperaba la democracia en una votación bisagra que terminó con la violencia y dejaba atrás la dictadura militar iniciada en 1976. El triunfo electoral de Raúl Alfonsín el 30 de octubre de 1983 marcó el regreso de la democracia.
Ese día se convirtió en un momento histórico que se celebraría a partir de entonces, en toda la Argentina. Se trata nada menos que del Día de la Restauración de la Democracia, de la recuperación del Estado de Derecho, para escribir un nuevo capítulo en la historia nacional, a partir del 10 de diciembre de ese mismo año.
A través de las redes sociales y utilizando diferentes etiquetas como #DemocraciaParaSiempre y #DíaDeLaRecuperaciónDeLaDemocracia, se registran miles de posteos resaltando el retorno de la vida democrática al país, en los comicios donde Raúl Alfonsín con la Unión Cívica Radical se impuso por el 51,75 % de los votos a la fórmula peronista encabezada por Italo Luder por el Justicialismo, que obtuvo el 40,6% de los sufragios.
El Gobierno de Raúl Alfonsín, a los tres días de haber comenzado, decretó lo que sería otro de los hechos históricos más movilizantes de la Argentina: el juicio a los miembros de las tres juntas militares que usurparon el poder en 1976. El padre de la democracia como se lo conoce fue un auténtico defensor de los derechos humanos desde la primera hora y aún en un clima tenso por los militares fue su bandera permanente.
Si bien, a partir de entonces, la Argentina comenzaría a recorrer un difícil camino de recuperación, con una hiperinflación a finales del mandato de Alfonsín, lo más importante estaba cumplido: la consolidación de la democracia estaba en marcha.
Raúl Alfonsín fue un estadista que sostuvo en su mensaje: “Tenemos la responsabilidad de asegurar hoy y para el resto de los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en Argentina“. Y aunque algunos acentuaron que no concluyó su mandato, y otros le achacaron la obediencia debida o la hiperinflación, será también el Presidente que soportó más de 10 paros generales y los levantamientos carapintadas y la Sociedad Rural.
La llegada de Alfonsín al poder significó un paradigma en la historia democrática de nuestro país. El líder de la UCR no tendría una tarea sencilla por delante desde el punto de vista económico, político y social.
La crisis precipitó la salida de Raúl Alfonsín seis meses antes en 1989 a manos de quien ya había sido elegido como su sucesor, Carlos Menem. A pesar de los vaivenes de su mandato, la victoria de Raúl Alfonsín en 1983 fue el inicio de un largo período de estabilidad democrática que perdura hasta estos días.
Ese 30 de octubre el pueblo volvió a las urnas. La participación fue masiva y nadie quería dejar de votar y de ser protagonista de ese momento histórico. El pueblo salió a festejar a las calles de todo el país.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Nunca Más: el informe que ahora es un testimonio vivo para no repetir la historia
